Guaymas, Son., 19 de mayo de 2022. TecNM/DCD. De acuerdo con la Conapesca, en la actualidad, la acuacultura es una de las actividades económicas con mayor crecimiento en México, ya que cuenta con una extensión litoral de 11,500 km, favoreciendo a la producción de productos derivados del mar para consumo humano.
Anualmente la acuacultura genera una destacada derrama económica y empleos, esto gracias a la creciente demanda impulsada por el consumo tanto nacional como internacional. Esta actividad permite aumentar la producción de especies marinas de manera considerable, los cuales están destinados para cubrir diferentes necesidades.
En ese contexto, el biólogo Ernesto Javier Bermúdez Campoy, catedrático del TecNM Campus Guaymas y miembro de la Academia de Acuacultura de la institución, expresó que dicha actividad enfrenta un problema constante, denominado como marea roja, la cual consiste en el aumento de algas marinas nocivas y pueden ocasionar cuadros de intoxicación en las personas que ingieren mariscos contaminados.
“La marea roja consiste en organismos dinoflagelados, algunos de los cuales producen biotoxinas que causan enfermedades que pueden llegar a ser fatales, y es uno de los principales problemas biológicos que afectan a los ostricultores, buzos de callo de hacha y sardineros, que son perjudicados económicamente en su producción”, indicó Bermúdez Campoy.
El catedrático comentó que no se puede prever dicho fenómeno y que la única acción viable consiste en retirar los organismos antes de su llegada al sitio de siembra, “según investigaciones, los cambios de temperatura, salinidad, estratificación, nutrientes e intensidad lumínica son factores que ocasionan el fenómeno, por lo cual se deben realizar monitoreo mensual a los cultivos, para obtener muestras físicas y químicas, con la finalidad de detectar Floraciones Algales Nocivas (FAN)”.
Asimismo, señaló que en existe la posibilidad de que las algas nocivas no causen cambios en la tonalidad del agua, “muchos eventos tóxicos ocurren sin haber cambios en la tonalidad del agua debido a la baja densidad en su biomasa, pero en grandes concentraciones pueden aparecer suficientes toxinas nocivas, por lo cual es importante trabajar en un monitoreo constante”.
Caber destacar que el consumo de alimentos del mar contaminados puede manifestarse en el ser humano con cuadros neurotóxicos, también ocasiona diarrea, parálisis o amnesia, dependiendo del tipo y cantidad de toxinas que las especies hayan resguardado.
Se tiene documentado que las tortugas y los peces, suelen perder la vida al consumir este fitoplancton tóxico.
Bermúdez Campoy, indicó que la acuacultura es una actividad económica importante en la región, por lo que el TecNM Campus Guaymas ofrece a las y los estudiantes de séptimo semestre la materia de Cultivo de Moluscos Bivalvos, con el propósito de formar profesionales aptos y competitivos para apoyar el desarrollo de la industria pesquera.
Por otra parte, explicó que la acuicultura forma parte de la estrategia de seguridad nacional por los recursos alimenticios y de sustento que proporciona, a la vez, brinda nuevas técnicas de producción que permiten detener la sobreexplotación del mar.
En el plano académico, detalló que el TecNM Campus Guaymas actualmente se encuentra en proceso de certificación del Laboratorio Acuícola para la exportación de moluscos bivalvos y cuenta con estudiantes que realizan proyectos de producción de ostiones.
Al respecto, el científico comentó que en México existe un programa nacional de sanidad de moluscos bivalvos, el cual establece normas para garantizar el proceso correcto de producción y con ello que lleguen con calidad a los consumidores, “es por eso que trabajamos los docentes e investigadores que integramos el laboratorio para alcanzar la certificación y se puedan comercializar los ostiones que producimos”.
Señaló que, el primer paso es certificar el agua en la que se trabajan los cultivos, la cual consiste en medir la cantidad de contaminantes que tienen los productos obtenidos, ya que algunos presentan bacterias tóxicas en mayor cantidad, derivado de la contaminación del mar, lo que impide llevar productos de buena calidad para el consumo humano.
De acuerdo con el académico, para proteger la producción de moluscos bivalvos, el campus Guaymas ha fortalecido la mano de obra, ya que se debe verificar la condición del agua, “todos los días se asistimos a los cultivos, supervisamos la coloración del agua, posterior hacemos muestreos en microscopio, para estar seguros de que se están desarrollando en condiciones óptimas y libres de toxinas”.
Asimismo, explicó que las muestras son colocadas en un estanque, a través de un generador de ozono, lo cual genera una recirculación del agua y los organismos nocivos son eliminados, ya que es un oxidante muy potente.
Agregó que, al contar con la certificación que marca la Norma Mexicana, genera un valor agregado al producto, “el ostión japonés, que es el que cultivamos, toma de 6 a 7 meses para alcanzar la talla comercial, por lo cual estamos estrechando esfuerzos con el Gobierno Municipal para eficientar los procesos de producción y con ello garantizar una mayor ganancia en la distribución y comercialización”.
El TecNM campus Guaymas genera hasta 50 mil moluscos bivalvos al año, por cual se busca eficientar los procesos para aumentar la producción, ya que actualmente continúan trabajando de manera artesanal los cultivos.
En este proyecto, actualmente trabajan 12 estudiantes adscritos en el séptimo semestre de Ingeniería en Acuicultura, quienes participan como parte de sus prácticas profesionales, con lo cual, adquieren una visión emprendedora, para producir sus productos del mar y venderlos.
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