Tecnológico Nacional de México

Aguascalientes, Ags., 27 de mayo de 2022. TecNM/DCD. Al redoble de los tambores y al unísono toque de los clarines de órdenes, inició el desfile conmemorativo del XXVII Evento Nacional de Escoltas y Bandas de Guerra que congregó en el centro histórico de la ciudad de Aguascalientes, a casi mil estudiantes del Tecnológico Nacional de México, provenientes de una treintena de sus campus; así como a familiares, amigos y vecinos de la entidad que esperaban ansiosos, a pesar del calor, ver la ejecución de las rutinas de los grupos universitarios. 

Ante la ávida mirada de los cientos de espectadores congregados en la principal arteria de la capital hidrocálida y centro geográfico del país, se abrieron paso con gallardía y marcialidad, los contingentes integrados por los estudiantes del TecNM. 

Provenientes de las diferentes regiones del país, hicieron gala de sus habilidades y destrezas para ejecutar sus rutinas, marchas y toques, orgullosos de portar, cada uno, el estandarte representativo de sus campus de origen. 

Durante el recorrido fue evidente la emoción del público, rostros empáticos, sorprendidos y complacidos por la oportunidad de apreciar este desfile que enaltece los más altos valores cívicos nacionales y que propicia la convivencia entre la comunidad. 

La Plaza de la Patria fue el punto de reunión para los contingentes al término del desfile, que realizaron la formación entorno a la asta bandera, para presenciar y ser testigos del arrío de la bandera nacional, como parte del protocolo cívico del evento. 

Posterior a ello, las autoridades entregaron reconocimientos y una estatuilla que emula al monumento de la exedra, a los representantes de las diferentes delegaciones, por su desempeño y destacada participación. 

Detrás de cada mirada, de cada sonrisa y de cada lágrima se esconden miles de historias de todo lo que significó llegar a este evento, es el caso del campus Tláhuac de la ciudad de México, las emociones eran encontradas, por un lado, estaban contentos y orgullosos porque esta fue la primera vez que lograron obtener el pase al nacional; y por otro, estaba la tristeza. Ellos traían consigo la foto de uno de sus compañeros con un moño negro, que por desgracia fue víctima mortal del covid-19, pero su espíritu estuvo presente en este evento; Florentino Torres, el promotor deportivo gritó con voz cortada 3 veces el nombre “Joel Aranda”, los jóvenes contestaron al unísono “presente” y después… el silencio, las lágrimas y el dolor de haber perdido a un elemento.  

Por otro lado, la emoción y la nostalgia se hizo presente con la primera generación de integrantes de la banda de guerra del campus Aguascalientes, quienes al enterarse que el Evento Nacional de Escoltas y Bandas de Guerra regresaría a su estado después de 28 años, no dudaron en pedir permiso en sus trabajos para presenciar este magno evento y descubrir con sorpresa que ahí estaban sus viejos compañeros a quienes abrazaban con emoción y recordaban viejos tiempos, no dudo una lagrima caer de emoción al escuchar las ejecuciones de esta nueva generación coincidiendo que La dragona es por excelencia aquella que les eriza la piel.  

Asimismo, algunos grupos realizaron ejecuciones especiales para despedir a sus compañeros que están por egresar y este es el último evento en el que participan, al mismo tiempo, que agradecen haber tenido la oportunidad de tocar nuevamente su instrumento con sus compañeros después de la pandemia y haber podido participar en este evento nacional antes de graduarse.  

Y el amor se vio presente al cierre de este grandioso evento, cuando un enamorado joven integrante del contingente de Chetumal, decidió que este era el momento más memorable para cerrarlo con broche de oro y pedir matrimonio a su novia frente a todos sus compañeros, la chica no dudó en decir que si, y las lágrimas y gritos de emoción y alegría por la joven pareja escaparon en cada una de las personas que los rodeaban. 

Sin duda estos jóvenes nos han enseñado que son más que un grupo cívico, nos enseñaron que son una familia, nos enseñan que los valores de lealtad, honestidad, disciplina están en todos y cada uno de ellos, quienes han sacrificado horas de sueño, de diversión, descanso, para llegar a su meta, participar en el evento cívico más grande de México.  

Al cierre de esta ceremonia se pudo apreciar la satisfacción de la ciudadanía que fue partícipe fundamental de este increíble evento, ciudadanos deseosos por apropiarse nuevamente no sólo de estos eventos, sino de sus espacios que en su momento les fueron arrebatados por las restricciones que impuso la pandemia.  Los hidrocálidos compartieron al resto de sus hermanos en México, una fiesta estudiantil y familiar que busca difundir la cultura cívica, el amor a la patria y a nuestros símbolos nacionales que nos dan identidad y nos definen ante el mundo.